domingo, 17 de junio de 2012

José Mª Amigo Zamorano: Vuela, vuela, mariposa


A priori: 

Está dividida su personalidad entre el sueño de querer y la realidad de no poder. El espacio, separando ambos hemisferios individuales, es un muro que posibilita la independencia al uno del otro; de modo que se ignoran; o como mucho llegan tan solo a conocerse de vista sin saber lo que hace uno del otro; desconocimiento que le salva la vida; si fuera consciente de la rotura le explotaría el cerebro en los morros con lo que la capacidad o posibilidad de supervivencia sería nula; a no ser que se transformara en un cínico 

¡Cosas mas increíbles se han visto! Entonces ...

Alguno, pocos, piensan, y lo dicen, que es un resentido y que está loco. Apreciación superficial. Su estado natural es el sueño; su cosmos, cosmos suavísimo, está edificado de labil mayólica. Por eso, cuando se le fracture, si es que no se le ha fracturado ya, no les va a pillar de sorpresa a los demás.

Él, sin embargo, no entiende del todo la situación objetiva.Ve, eso si, fantasmas que le acechan en torno. Enemigos que le tienden trampas por doquier. Eso es todo.

-- No hay cordialidad -- exclama.

Y se maravilla, se asombra, se empequeñece, tiene miedo del finísimo y sibilino movimiento que cree percibir a su alrededor.

-- Hacen como que cantan, ¡hipócritas!; pero su voz es acerada y cruel -- se expresa íntimamente enfurecido.

-- Pero a mi no me engañan aunque me creen estúpido porque no pienso como ellos -- es la conclusión que extrae mirando a diestra y siniestra.

Y envía disimuladas anacondas a los quebrantadores sin un mandato rotundo ni una dirección precisa. Luego, claro, se le enroscan al cuello echándole la culpa a los demás del bumerán que le maltrata. 

Se defiende preparando la venganza. La justifica engalanándola con angustiosas guirnaldas: es su recinto, espacio íntimo donde las doladeras aguardan afiladas y relucientes el gozo infinito de hender o rasgar en carne viva: ¡qué regocijo, qué júbilo contemplar los ojos brillantes empañarse poco a poco entre dolores de agonía!.

Sufre continuas rachas amargas que paga el que está por debajo, el mas débil, arrinconándolo contra las cuerdas y arremetiendo contra él. Construye, edifica, con ingrediente etéreo, sus anhelos a la manera de todo lepidóptero -- mariposa u otra materia volandera -- que, como él, está fraguado de ensueños. Y, por qué no, abrigado de concupiscencia.

-- ¡Oh, mariposas!: escarpada libertad -- suele prorrumpir, engrandeciéndose, cuando nadie le oye. 

Es su recóndita filosofía: volar montado a lomos de hermosos lepidóptero; ser libre como las mariposas.

-- ¡Adelante, mariposa zapatista!: te seguiré; quebraremos las corrupciones con el ...

Ha paralizado su vuelo un bocinazo:

-- ¡José Luis! ¡Venga inmediatamente a mi despacho!

Vuelto brutalmente de la Selva Lacandona a la realidad vulgar de la oficina del ministerio donde trabaja, las alas se le desprenden de inmediato, siendo disueltas en el aire viciado por el humo y los sudores de los numerosos funcionarios que, a esa hora, están soñando ya con el plato de comida y la tarde libre.

-- Dígame Ilmo. Sr. Subsecretario.

-- ¿Ha preparado el pliego de cargos?

-- Si señor; está ya hecho.

-- ¿Y ...?

-- Falta grave al rebelde: un mes sin sueldo y ...

-- Bien; le felicito. En estos momentos hay que ser enérgicos con los disidentes, ¿no? ... Puede retirarse.

Ha sido un instante esclavo. Pero nadie, absolutamente nadie, piense que, aunque cierra la puerta del despacho con al cabeza baja, ha renunciado a volar libre como las mariposas. En absoluto: pronto se interna decidido en la naturaleza indomeñable de sus sueños: la guerrilla le espera.


A posteriori: 

Nota 1: el carburante esconde un singular y primoroso destino.

Nota 2: renacerá del plebiscitario viento democrático: las elecciones se acercan.

Nota 3: cuando esté en el puesto del Ilmo. Sr. Subsecretario desplegará aún más soberano sus majestuosas alas 

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