(homenaje, recuerdo y reconocimiento al martirizado pueblo haitiano que nos legó su rebeldía contra los esclavizadores y triunfó encabezado por sus jefes esclavos como ellos; homenaje, recuerdo y reconocimiento en uno de sus hijos, el poeta Antonhy Phelps)
[]
Pero dónde pero dónde
adónde se va a retumbar la tormenta
Pero dónde pero dónde
adónde se va a aullar el viento
viento revocador tumbador de estrellas
Había una vez una Ciudad
Había una vez un País
Cuando la boca como luna soñadora
esconde la cara bajo las palabras
Cuando la vida en ropas de Príncipe
voltea la espalda a la ventana
hasta el sol
hasta el sol está desnudo
Había una vez un País
Había una vez una Ciudad
Pero dónde pero dónde
Pero dónde
Mi memoria tiene tanto dolor
de garganta
+
(De Méme le soleil est nu (1983); Versión española Lazlo Moussong)
Antonhy Phelps nació en Puerto Príncipe en 1928. Vivió durante muchos años fuera de su país. Fue cofundador del grupo poético Haití Littéraire en 1962, que marcó un hito en las letras de su país. Destaca también su obra Méme le soleil est nu.
En 1997 Najmeh Shobeyri, por primera vez en castellano, presentó a la gran poetisa iraní Forugh Farrojzad en la revista 'Caminar conociendo' (ya cerrada hace algún tiempo) y tradujo 3 poemas: 'regalo', 'muñeca de cuerda' y 'renacer'. En este blog encontrará numerosos escritos de la poetisa iraní y de otros poetas.
miércoles, 27 de enero de 2010
lunes, 18 de enero de 2010
Goethe: La Zozobra
Goethe tiene en Fausto descripciones de sentimientos que son unos geniales ejercicios de narración poética del alma del ser humano. Una de estas descripciones, maravillosa, es la Zozobra. No nos hemos resistido a mostrarla y la ofrecemos para todo aquel que no la conozca y para el que ya la haya leido seguro que le placerá releerla.
Aquí la tienen:
*
Aunque el oído no me sienta,
el pecho me lleva dentro;
siempre cambiando de forma,
terrible poder ejerzo.
En la senda, en el umbral,
inquietante compañewra,
siempre, aunque no se me busque,
seguramete me encuentran,
unas veces maldecida,
otras, de lisonjas llena.
¿No has conocido nunca a la Zozobra?
-
A quien una vez sea mío
de nada el punto aprovecha;
de arriba desciende siempre
la sempiterna tiniebla,
el sol jamás se levanta,
y aunque sanos por de fuera,
los sentidos los empaña
y nubla una sombra interna,
de suerte que aunque la halle,
no aprovecha la riqueza.
Dicha y desdicha le asaltan,
a capricho con él juegan,
y en medio de la abundancia,
lo consume el hambre negra;
siempre para el otro día
el pobre todo lo deja,
igual placer que dolor;
solo en la mañana espera,
y así jamás la ocasión
apercibido lo encuentra.
-
Venga o vaya, no hay remedio,
no ha de decidirse nunca;
aun en la senda trillada
irá a tientas con su duda,
pisando a medias y siempre
la encontrará más confusa.
No hará mas que extraviarse,
todo lo verá torcido,
será un peso para todos,
empezando por él mismo,
ahogándose y resollando,
siempre afanoso, indeciso,
viviendo y muriendo siempre,
sin llegar en su delirio
ni a desesperar del todo
ni a someterse en lo íntimo.
Así un rodar incesante,
un renunciar doloroso
y un infecundo aspirar,
un alternado sentirse
libre y esclavo, un no hallar
sueño pleno ni descanso
su vida atormentarán,
cual preludio de suplicio
que en el Infierno ha de hallar.
-
Bien, ¡oh Fausto!, ya de ti
me aparto con anatema.
Ciegos se muestran los hombres
mientras viven en la Tierra;
pero ahora ya te lo digo,
¡cercano a tu fin te encuentras!
+
Goethe en Fausto, 2ª parte, acto quinto, escena quita.
Traducción de Rafael Cansinos Asséns
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