viernes, 19 de septiembre de 2008

Un homenaje a 4 víctimas del franquismo?

"La familia García Lorca acepta que se abra la fosa del poeta"

"No impediremos exhumar los restos de Federico"

Siempre Lorca. El grandísimo poeta. Ahora transformado en casi cacique de ultratumba. Pero... el cacique, claro, no es él, sino su familia. Que gestiona su memoria y dineros... 'Acepta', 'no impediremos'... pero, bueno, ¡¿qué se habrán creído ellos?!... ¡¿los amos del mundo?!, exclamamos preguntándonos.

Remedamos, así, a D. Eusebio García Luengo, que, cuando oía hablar de la Residencia de Estudiantes como la de Dalí, Buñuel y Lorca, tronaba indignado: '¡Hombre, no!, de ellos solo, ¡no!; hubo más, muchísimos más en ese edificio.

Al igual que, en el lugar donde se supone que yacen los restos de Lorca, hay muchísimos más asesinados a los que enterraron los fascistas de mala manera. ¡Entre mil y tres mil! ¡Cazi na!

Junto a al poeta granadino enterraron a otros tres asesinados antifascistas; a saber: dos banderilleros de la CNT, los señores D. Joaquín Arcollas Cabezas y D. Francisco Galadí Melgar y un maestro republicano, D. Dióscoro Galindo González.

D. Dióscoro Galindo González, maestro rojo y cojo, que surge vencedor de ultratumba a recordarnos que fueron los maestros de niños un colectivo especialmente reprimido por el franquismo: asesinados, encarcelados, condenados a trabajos forzados, expulsados del trabajo... (no olvidamos, nosotros, nunca, a Amado Hernández, -del que nos habló el amigo Pepe Cancio- un maestro de Argujillo, municipio de la provincia de Zamora, vilmente asesinado y enterrado en algún lugar de por allí, )...

Fue tal la represión sobre los maestros que se dice que la guerra de 1936/39 la perdieron los maestros y la ganaron los curas. A D. Dióscoro Galindo González, lo asesinaron por ateo (así reza la resolución de la condena). Al exhumarlo es como rendir homenaje a todos los maestros asesinados y represaliados. Ya es hora de rindir homenaje a las víctimas del franquismo. A estas. Y a todas. Y no solo a D. Dióscoro... ¡Hombre, no! No solo a él.

Ya se hizo un inicio de homenaje a las víctimas del franquismo en la década de 1980 que firmaron muchas organizaciones y partidos mayoritarios pero que, al mismo tiempo, estos mayoritarios, hicieron lo posible, entonces, por ahogar el homenaje por debajo. No pudieron. Nos estamos refiriendo sobre todo al PSOE y al PCE (ahora practicamente extraparlamentario) Si. Esos que ahora no apean de los labios a las víctimas del franquismo. Bueno... bienvenidos sean. Pero es una prueba de que nos les ha servido de nada sus zancadillas.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Iswe Letu: 'Un agujero de negr@ y blanc@'

Un agujero de negr@s y blanc@s

Por Iswe Letu

Norman Mailer en sus 'Crónicas presidenciales' comenzó por definirlo así: "El orificio, el magnífico orificio". Aquí se paró como queriendo justicar el apelativo de 'magnífico' a ese agujero, a ese orificio. Aunque, bien mirado, los agujeros si son negros, para un negro, al que durante siglos se le machacó con que lo negro era asqueroso, inmundo, le parecerá 'magnífico' por ser él mismo de ese color. Alguno dirá que esa concepción es muy chovinista. Y tiene razón. Como pueden parecernos negativos otros agujeros, como los orificios negros del universo, por aquello que nos dicen de que se engullen todo lo que está en su entorno, desapareciéndolo. Lo ponemos conscientes de nuestra ignorancia en estos asuntos celestiales. Pero, quién sabe, quizás son hoyos donde se deposita toda la basura del espacio. Una especie de orinal estelar y... como no queremos parecer escatológicos y dada nuestra desinformación supina, nos callamos. Lo que si entendemos es cuando se nos dice 'dejó un agujero negro negro de 1.000.000 de euros'; sabemos que ese hoyo o agujero u orificio de color azabache que para un chovinista negro de la raza negra sería 'magnífico' por su mismo color, para el que lo dejó es magnífico su contenido: 1.000.000 de euros. Y en este caso coinciden el chovinista y el sustractor: a ambos le parece magnífico el orificio negro.

Decíamos que Mailer se había parado en lo de 'magnífico' para justificarlo entre paréntesis con las siguientes palabras: "(permítaseme este donaire, en gracia a que no quisiera molestar a los fantasmas del Tiempo (sic), cuyo espíritu encarno en este escrito)" Para continuar insistiendo: "el orificio, repito, moreno". 'Moreno, como las tumbas, las cunetas, los hoyos, los pozos, adonde iban a concurrir todo lo que en el mundo ha sido. Todo lo que la materia viva desprecia por caduco, inservible o viejo para, reciclándolo, volver a florecer. Tal vez por eso el escritor lo magnificaba escatologizándolo, al ser como era, como somos, herederos de lo que otros dejan en el camino en herencia. O para conocerse a si mismo en la forma y el color de los demás: "de apariencia de púrpura -prosigue- en algunos casos, marchito verdosamente en otros". El paso del tiempo que va haciendo mella en el sujeto y que en una pirueta engañadora lo verdea, sin engañarlo del todo, con esa 'alegre otoñada' en palabras de Machado (D. Antonio) pero otoñada al fin aunque parezca verdosamente primavera. Y no es un juego de palabras y si no lean lo siguiente: "flor, cizaña, perfume y peste, catedral y cabaña". Efectivamente, como el sueño del esclavo negro (o de cualquier esclavo) lleno de luminosidades, arcoirisado de libertades y roto por la realidad del dolor. Es decir siempre lleno de "placer y carroña". Ambivalencia del orificio magnífico, de este agujero de mala fama: "músculo, agujero, almorrana y sepulcro". Y mas, mucho más importante: "Es el ejecutor final que existe en nuestro interior que valoriza cuanto pasa a través del cuerpo".

martes, 9 de septiembre de 2008

José Mª Amigo Zamorano: Luchando contra el olvido

José Mª Amigo Z. versiona o parafrasea o interpreta, eso si libérrimamente, el poema 92 (pag.146) de la antología titulada 'Poesía Anónima Africana' del cubano Rogelio Martínez Furé.

"...
¡A tu salud!
Cuando llegue la hora, dijiste.
Siento que le hora está llegando.
Y te oiré en la puerta hablar:
-¡Oh!, dime, hijo, lo que hiciste:
¿Cerraste mis fríos párpados?
¿Rapaste cabellos y uñas?
¿Me cubriste con cariño? ¡Di!
¿Hiciste gastos en bebidas?
¿Entonaste mis alabanzas?
¡Habla, es tu padre quien lo pide!
Y yo, su vástago, responderé
con la cabeza arrebolada
por una emoción momentánea:
-Cuando tu partiste del país
(allí reinaba la tristeza)
adonde mi madre y tu esposa
enjardinó aquellos corrales
alegrando con sus arcoiris
esa realidad cenicienta,
yo, tu hijo, ¿me perdonarás?
no cerré tus ojos helados,
ni corte cabellos y uñas,
ni te abracé con mi cariño
o pagué bebida a los borrachos.
Pero, a mi modo, canté tus loas
a mi espíritu entristecido
prefiriendo el recordarte
así, cogiéndome la mano,
caminando hasta las eras,
por la tarde, a trillar la mies;
o coger tu botella de vino,
fresca, del arroyo cercano...
Es un secreto, loa única,
personalísima para ambos,
que te voy a desvelar aquí:
Seguí la tradición del vino.
Para demostrártelo ahora
echaré un trago de optimismo
como lucha contra el olvido.
¡Recordándote siempre, padre!
¡A tu salud!