jueves, 14 de junio de 2012

José María Amigo Zamorano: CAMINAR REMEMORANDO EL AÑO 2001


MARTES, 6 DE FEBRERO DE 2007

CAMINAR REMEMORANDO: AÑO 2001 AGITACIÓN CULTURAL

EL AÑO 2001 BOTÓN DE MUESTRA

He recordado lo tenía pensado hacer y que lo había olvidado: dejar constancia por escrito de lo que mi esposa y yo habíamos impulsado a lo largo de los años referente a la cultura y que la prensa, la radio y la televisión recogieron. Como el habla y las imágenes no las tenemos pondré un ejemplo, no tengo tiempo para más, de lo salido en la prensa y no toda. He escogido el 2001 por ser el último en que la Junta de la Biblioteca organizó actividades. Este año hicimos un homenaje nacional al escritor, que tantos veranos pasó en Las Navas, Eusebio García Luengo.

Naturalmente se hicieron otras actividades: como concursos de dibujos y de murales, maratones de lectura, teatro, tertulias poéticas… pero lo que más resaltó la prensa fue el merecido homenaje a este escritor. Tenía el morbo del escritor olvidado que, un tiempo atrás, era una figura relevante en el mundo de la literatura y ahora aparecía casi desconocido para buena parte de la sociedad, incluidos los mismo escritores que, en el tiempo presente, están en primera línea de las noticias culturales.

Durante estos actos, es decir en esta Semana del Libro 2001, como así la denominamos, se dieron unos hechos que habían sido comunes en los años anteriores: la ausencia de las primeras autoridades locales a los eventos. Pero que en ese año cobraron tintes especialmente oscuros; a saber: el primer edil y su segunda de a bordo llegaron al extremo de desairar a otras autoridades que acudieron al homenaje del escritor; así el alcalde de Puebla de Alcocer (Badajoz) donde había nacido Eusebio García Luengo llegó a la biblioteca enfadadísimo hacia la cuatro de la tarde; según me contó había llegado a las doce para los actos y enseguida preguntó por el alcalde y la teniente de alcalde; se llegó hasta sus casas; como les dijeron que no estaban, les dejó el teléfono móvil para saludarlos un momento; fue pasando el tiempo y nada: la callada por respuesta. Un enfado muy comprensible. Del representante de la Junta de Extremadura nada diré: me dijo que estos desaires, descortesías o faltas de educación le resbalaban. Lo que pensara por dentro no lo sé. 

El alcalde de Puebla de Alcocer traía un regalo para el Ayuntamiento, pero al ver estas muestras de grosería, él y los que con él venían decidieron dárnoslo a nosotros. Lo que agradecimos: nos lo merecíamos. No era gran cosa: una foto enmarcada de su pueblo. Pero el detalle… si que fue valioso. Al despedirnos nos dijo que nos invitaba a las fiestas de su pueblo, que eran en agosto, con todos los gastos pagados. Nos hubiera gustado, pero no fuimos. También afirmó que el hecho del mal comportamiento del alcalde de Las Navas del Marqués lo denunciaría a las autoridades de su partido: era del PP. No sé lo que haría al final. Nosotros aquí, yo en concreto, quiero dejar constancia del sacrificio de este joven alcalde que, teniendo recién nacido un hijo y las tareas del campo sin hacer, como el esquileo de las ovejas, vino al homenaje de un paisano de su pueblo, el escritor Eusebio García Luengo y a pesar de los desaires fue capaz de mantener el tipo sin descomponerse. 

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