jueves, 14 de junio de 2012

José Mª Amigo Zamorano: ¿ALGUNA VEZ HABLARON LOS ROMANCES?


'ENTREVISTA CON JOSÉ LUÍS MERINO'

ALGUNA VEZ HABLARON LOS ROMANCES
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Texto: José Mª Amigo Zamorano
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Caminar Conociendo: El romance de Gerineldo se conserva aún en Las Navas del Marqués. ¿Tendrá algo que ver el frío?

José Luís Merino: No es el frío el que conserva las cosas, salvo las referentes al pescado, sino el corazón caliente de los pueblos.

C. C.: La actitud de la hija del rey, ¿era un comportamiento puro o puro acto de corrupción de inocentes?

J. L. M.: Puro refocile, luz ciega de oscuros bosques deliciosos.

C. C.: Según su opinión, la desconfianza de Gerineldo, debiese a un instinto de clase, a su firme convicción proletaria, a que se descubriera su homosexualidad; o simplemente la táctica adecuada para rasgar el velo que le ocultaba el origen de los primates, galanamente disfrazados de vanidad y poderío.

J. L. M.: Amoscado, porque le parecía poco menos que imposible transitar por aquella carne hecha de nácar en galope.

C. C.: Nos dice el romance que le hija del rey y Gerineldo ‘duermen como marido y mujer’. Aturdido, el rey se va a pasear a los jardines de palacio a la hora en que despunta la claridad del día, pensando, quizás, en la quiebra del sistema, en la debilidad de la carne y… ¿O no?

J. J. M.: El aturdimiento sería muy propio de reyes, ¿o no?

C. C: La cama es un enjambre de mariposas o el espíritu del Banco de España.

J. L. M: La cama será y es un mapa de posibilidades y fracasos.

C. C.: Ante la debilidad de la carne bostezará aburrido, indeciso entre el cinturón de castidad, la reclusión en convento, la compra de condones o largarse con viento fresco a desayunar a la mancebía.

J. L. M.: La debilidad de la carne es lo que da fuerza a los mejores hombres y mujeres de este y del otro mundo.

C. C.: ¿La infante es un águila culebrera, una paloma torcaz o el viejo topo disfrazado?

J. L. M.: Las hijas son la pura lana virgen de los padres.

C. C.: El rey duda de si matar a Gerineldo. Si no lo hace es tal vez porque se miraría en el espejo del alba.

J. L. M.: La decisión de matar a alguien es la cosa más fácil del mundo, y, posiblemente, una de las mayores cobardías fabricadas en la mente del hombre. El coraje de vivir deviene un tesoro más poderoso que todo el oro que pueda contarse.

C. C.: Seguro que está de acuerdo en el influjo ejercido por las flores en celo en el final un tanto rosado del romance Gerineldo.

J. L. M.: Lo cotidiano de la vida consiste en rosar el tiempo. No creemos en otra razón para vivir mejor que en ese rosar el tiempo. Regalo a los lectores de ‘Caminar Conociendo’ ese verbo nuevo o casi nuevo.

C. C.: Una vez que he leído el Gerineldo, ¿cree que todos los ombligos son redondos o que los ombligos cuadrados son una protesta contra los ombligos redondos?

J. L. M.: El ombligo es una cosa de la que se habla en todos los corrillos, pero que a la hora de la verdad nadie repara en él.

C. C.: Escribí una vez: “La palabra es planta que la épica riega, mas el rubor fecunda la tierra entera”. ¿No piensa que los caballos permanecerán cruelmente indiferentes a la palabra y al rubor y se llevarían, tan frescamente en su grupa a la amada de Gerineldo?

J. L. M.: Me gusta más el aforismo que la pregunta. Para estar a tono sugiero-propongo otra definición, ajena a todo acto competitivo: “las palabras son máscaras que proponemos sin descubrir el enigma”.

C. C.: Los romances, ¿son el ego colectivo del pueblo adornado de atributos vencedores o un pobre caimán desdentado nadando entre cuchillos de diamante?

J. L. M.: Los romances son historias de cuño volandero que enseñan deleitando, y que, si poseen calidad, perduran a través de los siglos. Son como esos toros elegidos, a los que les perdonan la vida cuando su juego ha sido de excelencia en todos los tercios. Pido disculpas a los ecologistas por estar hoy tan torero…

C. C.: En los romances sefardíes late un sueño de cuchillos para cortar frescos racimos de las viñas perdidas o…

J. L. M.: El cuchillo (los cuchillos, los alfanjes, puñales, dagas y demás navajas) es un arma que acumula belleza, color, luz propia como para convertirse en personajes, digamos, de cualquier historia. Lo puedo decir de otro modo: con un cuchillo en la mano cualquier personaje puede hacer historia.

C. C.: Los romances moriscos de tanto soñar con las solanas de Las Alpujarras, pobladas de lagartos, ¿no habrán ido sus lamentos a refugiarse en otros soles, quizás de la galaxia Palestina?

J. L. M.: No hace falta ir a Palestina para escuchar la potencia del sol y todas sus estrellas a través de una definición beduina respecto de los caballos: “Tomó Alá un pedazo de viento sur, le prestó su aliento y creo el caballo”.
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ESTA ENTREVISTA APARECE EN EL Nº 3 DE 'CAMINAR CONOCIENDO' EN LAS PÁGINAS 23-24 

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