jueves, 14 de junio de 2012

José Mª Amigo: ¡Que gozo ese verano en Navas del Marqués!



 JUEVES, 15 DE MARZO DE 2007

Editorial: 'Inocentes como Aleixandre', por José Mª Amigo Zamorano (*)
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Vicente Aleixandre comenzó su andadura poética en Las Navas del Marqués (Ávila), allá por el verano de 1917, de la mano de su amigo Dámaso Alonso. Con esto no descubrimos nada nuevo. Dámaso lo contó varias veces, y en el homenaje que la Real Academia de la Lengua hizo al Premio Nóbel con motivo de su muerte, leyó unos versos, ya famosos, que varios escritores que colaboran con ‘Caminar Conociendo’ los citan:

‘Año mil novecientos diez y siete;
Vicente y yo, qué gozo este verano;
En Navas del Marqués. Pronto, ¡qué amigos!
Primera vez en aquel día juntos;
Después, toda la vida para siempre.’

De manera que si aparece el nombre de nuestro pueblo, una página si y otra también, es porque el nombre de Las Navas está unido, para siempre (como Dámaso Alonso a Vicente Aleixandre), a la historia de la literatura española y no por localismo.

Una revista localista puede ser interesante. Como lo puede ser una literatura localista y provinciana; la historia de la literatura española nos da varios ejemplos; incluso la literatura yanqui, paradójico en un país tan enorme, refleja ese provincianismo o localismo en algunas muestras; Sinclair Lewis, como muestra, hizo obras de ese tipo al decir de los críticos.

Con este número, ‘Caminar Conociendo’, no quiere unirse a esa corriente, aunque lo parezca, por muy interesante que sea ese elogio al terruño. En estos tiempos, no tiene sentido.

Pero ya José Martí (gran poeta cubano que en este año de 1995 se cumplen 100 años de su muerte) decía en el siglo XIX que lo que en América contuviera de aldea debería morir. Quería decir con ello, que el espíritu estrecho no lleva más que a mezquindades; por lo que había que abrirse al mundo, al universo, para ver con altura de miras; y así de esa manera, el árbol no impediría ver el bosque o los bosques.

Dicho lo cual, para que no se nos tilde de lo que no somos, contaremos el por qué de este número, casi monográfico, dedicado a Vicente Aleixandre; veamos: para sacar el anterior número de ‘Caminar Conociendo’ nos dirigimos a algunos escritores que nos son afines, al objeto de recabar, gratuitamente, su colaboración (no tenemos otra arma); pues bien, a uno de los que acudimos fue al gran poeta Leopoldo de Luis quien, generosamente, nos envió un artículo titulado ‘Vicente Aleixandre: un doble aniversario’ (que publicamos y reproducimos en este numero en la página 6) (*); en el artículo Leopoldo de Luis recordaba que en 1994 se cumplían 50 años de la publicación del libro de poemas ‘Sombra del Paraíso’ (en mayo) y 10 años de la muerte del altísimo poeta (en diciembre), animando a no dejar pasar ese año sin un obligado recordatorio.

Nosotros, espoleados por tan entusiasta soflama, nos propusimos hacer un homenaje a Vicente Aleixandre, coincidiendo con esos 50 años de ‘Sombra del Paraíso’, aquí en Las Navas, ya que desde aquí se lanzó a la poesía (y lo hicimos); nos atrevimos a más todavía: hicimos un llamamiento público para que se sumaran todos los colegios, institutos y centros universitarios de Ávila al acto…

¡Inocentes! Inocentes, si, por generosos (como dice Aleixandre en un verso de ‘Sombra del Paraíso’: “Vosotros conocisteis la generosa luz de la inocencia”) al no querer apropiarnos la idea... salvo la prensa y la radio y el Colegio Público ‘Vicente Aleixandre de Las Navas del Marqués, que sepamos, nadie nos hizo el menor caso.

Y siguiendo con nuestra inocencia, nos propusimos, además, hacer un libro de homenaje al Premio Nóbel: escribimos a poetas y profesores de renombre que, según nuestro entender, eran conocedores de la vida y la obra del poeta fallecido; unos nos contestaron y otros no; recibimos numerosos trabajos de muy diversa factura. Decir a estas alturas que los trabajadores de la cultura respondieron, es constatar un hecho.

Ya teníamos el material: podíamos publicar el libro. Ahora, a buscar el dinero. Con tales firmas, las autoridades políticas o financieras, geográficamente afines al poeta o a nosotros, patrocinarían un libro así; por cosas de menor entidad, se editaban libros; además, ¿quién iba a negarse a homenajear a uno de los españoles que han llevado el nombre de España, tan honestamente, por el mundo?...

¡Inocentes! ¡“Vosotros conocisteis la generosa luz de la inocencia”!: algunas instituciones nos contestaron negándose, claro; otras, ni siquiera ‘el varazo de tente al que molesta’.

Pero, aquí está el libro-revista de homenaje a VICENTE ALEIXANDRE y estos son los que han respondido al fuego del olvido, con el fuego del recuerdo, hacia aquel que moró en la casa de Velintonia, habitada hoy (por entonces), para mayor vergüenza de los que dirigen la cultura, por un ‘Okupa’ y que recientemente fue presa de las llamas, todavía para mayor INRI.

(*) José Mª Amigo Zamorano es el director de la revista

EN LA PÁGINA 3 DEL NUMERO 4 DE LA REVISTA ‘CAMINAR CONOCIENDO’ DE MAYO DE 1995

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