martes, 16 de enero de 2007

UNA RESEÑA: Trinidad de León-Sotelo

Llega a España por vez primera la verdadera voz poética de Farrojzad

(Se puede apreciar que la autora del artículo no conocía la revista 'Caminar conociendo')



TRINIDAD DE LEÓN-SOTELO



Forugh Farrojzad, muerta en accidente a los 32 años, cuyos libros estuvieron prohibidos en su tierra, es ahora una autora admirada, incluso una imagen simbólica. «Mi existencia entera es un verso oscuro». Quien así escribió lo hizo con propiedad, conocedora de los sinsabores que acarrea a una mujer, y no digamos si es musulmana, negarse a aceptar el papel convencional que la sociedad le asigna. De Forugh Farrojzad (Teherán, 1935-1967) se edita ahora en España «Nuevo nacimiento» (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo), que han traducido Clara Janés y Sahand. No es éste el primer libro que llega aEspaña de la escritora iraní, pero puede decirse que descubre su verdadera voz poética, de ahí su importancia. La selección ofrece poemas de «Rebelión»(1957), «Nuevo nacimiento» (1964) y «Tengamos fe en la estación del frío», fechado en el año de la muerte de su autora. Muerte de la que, por cierto, aún se discute si fue suicidio o accidente casual o provocado. La cuestión es que Farrojzad es hoy por hoy una imagen simbólica como lo es, por ejemplo, García Lorca. Citar al poeta de Granada no es capricho, ya que, como explica Janés, «la poesía persa contemporánea es muy interesante, porque la modernidad se hace a través de Lorca, escritor que tradujo a la lengua persa Ahmad Shamlú». Se cierra así una especie de curioso círculo ya que «la Alhambra está hecha por arquitectos persas y Lorca conoció muy bien el mundo arábigo andaluz». Cuenta Clara que el proceso del libro ha sido complicado. Empezó a trabajar en él hace cuatro años, pero entre los conflictos que surgieron no faltó incluso la pérdida del original. La poeta iraní fue descubierta por la española de un modo que aún no se explica: un buen día le llegó, desde Bolonia, una revista universitaria con versos deFarrojzad y esta es la fecha en la que aún desconoce el remitente. «Quedé fascinada», evoca. Considera a Forugh una superdotada, ya que hizo incursiones y con éxito en el mundo del teatro y del cine. Un filme suyo rodado en una leprosería se vio en el último Festival de Valladolid. La mujer que por su obra fue tachada de corruptora de la sociedad iraní -una mujer no puede ser «persona sexual» ni en sus poemas-; que sufrió la calumnia -se publicaban listas con los nombres de sus posibles amantes-; que sintió la humillación -tras el divorcio se le negó el derecho a ver a su hijo-, entendía, no obstante, que la poesía era «un amigo íntimo en el que descargaba su corazón». Su obra estuvo prohibida en su tierra natal durante años, pero hace dos Janés descubrió con alegría, en el transcurso de una estancia en Irán, que los libros de Farrojzad están a la venta «incluso con fotos en las que no tiene cubiertos los cabellos». Ahora se admite que «amén de tener la fuerza de las imágenes de un Lorca no es ajena al surrealismo francés, ya que fue gran lectora de Paul Eluard. Es sorprendente, porque aunque rompe con la tradición, también la incorpora a su obra. La pugna de estilos dentro del poema representa la lucha hombre-mujer».

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