lunes, 2 de julio de 2012

Ma Galio repasa su vida


Han pasado varios días desde que resolvió ’ los efluvios criminales’ . Se va adentrando en el pueblo y es sábado. Ma Galio está sentado en el sofá del salón de su casa. Tiene entre sus manos el libro de poemas que, Urbano Blanco Cea, le trajo la semana pasada. Ha leído la mitad de las páginas. Su mujer, Carolina, le dice que por qué no se va a pasear con su hija, que ella tiene que hacer la comida. Ma Galio, a pesar de su rostro serio, duro, de mala leche, bigote a lo Labordeta, cual corresponde a cargo de Comandante del Puesto, es tierno y condescendiente. De modo que se quita su segundo ’traje de romano’ , un mono azul, lo pone en la percha y se va, cuesta abajo, hasta el centro del pueblo.
Al salir a la calle el sol le de pleno. Da gusto pasear en estos días, piensa. Ya en la calle mira a derecha e izquierda. Gesto habitual. Una costumbre de no bajar la guardia adquirida, sobre todo, en el País Vasco donde los pistoleros de ETA podían dar una sorpresa desagradable al menor descuido. De allí también le viene la frase ’traje de romano’ referida al uniforme. Se la oyó mentar a un guardia civil en Azcoitia, pueblo del Valle del Urola en la provincia de Guipuzcoa. Este compañero solía ir de patrulla, en plan secreta, por las calles del pueblo y entonces. claro, tenía que dejar en el armario su’traje de romano’ Ma Galio estuvo en ese pueblo en labores incógnitas. Fue del servicio secreto unos años. De ahí que viajara a Azcoitia, a Zumárraga, a IrúnDonosti... Llegando en sus misiones hasta Galicia a combatir a los Oubiña. Todavía guarda carnets de identidad como fontanero, albañil, comercial, agente de seguros... Nunca, jamás, vio su vida peligrar. Quizás se deba a su prudencia y humildad. Al respecto recuerda a un campañero que estaba en Irún, de su mismo pueblo,Valdepeñas que una vez decía en alto a varios compañeros:
-Aquí, quien va por ahí diciendo, ’mu echao palante’, "estos son mis galones", dura poco. ¡Eh, Ma Galio! ¿A que si?
Y ese proceder con tiento, sin arrogancias, prudente, reservándose hasta que lo oculto aflore, le inculcó su padre, Martiniano, obrero en un almacén de vinos, militante de CCOO y algo mas, ya muerto. Pero fue allí, en Euskadi, donde esas cualidades se hicieron carne. Euskadi fue su primer destino. Su primera prueba de fuego, nunca mejor dicho. Allí, una noche, vigilando con un compañero las obras de la Central Nuclear de Lemoniz(*), son tiroteados por ETA quedando herido en una pierna y su compañero indemne. Curiosamente, cosas de la vida, su compañero, acojonado, cuando pudo se salió de la Guardia Civil ¡un hijo del cuerpo! y Ma Galiosin serlo, continuó en la Benemérita. Años después, ya en labores secretas, lo vio por Irún. Era pintor. Parecía feliz.

¡Qué tiempos!... Pero eso ya pasó. Hasta ETA se ha desvanecido. O eso parece.
Llegando a la Plaza de la Villa, la de los ’efluvios criminales’ , se cruza con el señor Alcalde al que saluda. Le parece simpático y campechano. Luego ve al imán de la mezquita; quien, por cierto, no tiene buena opinión del otro. Ma Galio, en esto, como en otras muchas cosas, sigue el lema: ’Ver, oir y callar’. Su cargo le hace ser neutral política y religiosamente.
¿No tiene ideas políticas ni creencias religiosas? Veamos: en cuanto a religión se declara agnóstico; por lo que toca a política tiene alguna idea; lo que se dice apolítico... no es; ideas, si, aunque poco firmes; pero las tiene; por ejemplo: en Peguerinos, donde estuvo unos meses en el cuartelillo, votó a IU, un poco en recuerdo de su padre y un mucho bajo la influencia de un maestro; José Mª González se llamaba; murió hace tres o cuatro años; en Avila; majo maestro, piensa Ma Galio; alguno puede que no crea esto, porque en el cuerpo, la verdad, para qué negarlo si no es un secreto, no hay muchos que voten a Izquierda Unida; pero los resultados son los que son, están ahí y pueden consultarse: de 8 o 10 votos que tuvo ese partido la mayoría eran de guardias civiles.
Deja a su hija jugando en la Plaza de la Villa con otros niños del colegio y se acerca hasta el bar Los 13 Roeles; a tomarse unos boqueroncitos en vinagre con sus patatas fritas hechas en el pueblo.
-¿Qué, señor comandante, un ’simple vino de Valdepeñas?
- ¡No me digas que ya lo tienes!
Lo de simple vino de Valdepeñas es una frase que utiliza Ma Galio copiada de la revista, desaparecida, Cuadernos para el Diálogo. Venía en una entrevista, si mal no recuerda, al exministro de FrancoRuiz Jiménez, democristiano que retuvo una vez la policía franquista. Y en ella leyó, mas o menos, que lo trataron muy mal en el cuartel pues le sirvieron, tan solo, unos taquitos de jamón y un simple vino de Valdepeñas’.
-No te jode el señoritingo este. -piensa Ma Galio- A otros como a mi padre le daban de hostias. Mi progenitor hubiera exclamado: ¡Chulo fascista!
Acerca la silla a una mesa, aparta sus pensamientos y se dispone a leer el periódico. Hay pocos clientes en el bar. La crisis que hace estragos. Los tres o cuatro hablan de la resina. Aguza el oído, sin mucho esfuerzo, porque ya de por si discuten alto. Ese tema le interesa. Años atrás tuvo un caso que le hizo cavilar: un cuerpo sepultado en resina; pero eso quedará... para otro martes.Retour ligne automatique
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