lunes, 2 de julio de 2012

Los 'Ojos negros' de Sguiglia


Obra: Ojos negros;
Autor: Eduardo Sguiglia;
Ediciones Siruela, 2012;
Colección: Nuevos tiempos
Muy lejos de lo que él conoce se desarrolla la trama de esta novela. Aunque si que engarza con algo de su profesión: los criminales. La ha leído de un tirón y menos mal que el autor tiene oficio y distrae la atención con alguna pincelada fuera de la acción. Si no Ma Galio se hubiera atragantado.

El escritor, Eduardo Sguiglia, por lo que ha podido averigualMa Galio, nace en Rosario en abril de 1952 y es escritor connotado argentino. Y según dicen, regresó del exilio a principios de los años ochenta para afincarse en Buenos Aires. Es de suponer -lo supone el Comandante del Puesto- que tendría que huir de la dictadura que hubo en Argentina. Pero, vamos, que no lo sabe. Es autor, eso si lo sabe, de cuentos y novelas: Fordlandia (1997), No te fíes de mi, si el corazón te falla (1999) y Un puñado de gloria (2003) traducidas a varios idiomas. Finalistas en los concursos internacionales Dublín Literary Award y Grinzane-Cavour. Su última novela es esta que acaba de leer nuestro sabueso particular, “ Ojos Negros ”. Ha participado como miembro de jurados de narrativa en Casa de las Américas (Cuba) y enCasa del Teatro (República Dominicana). Ha tenido cargos importantes en su país, entre ellos primer embajador enAngola.

 Ojos negos ’ comienza con cita de Pepetela: " Hasta hoy los hombres, quietos, atónitos, están a la espera de Suku-Nzambi, padre de los lundas. ¿Aprenderán algún día a vivir? ¿O eso que van haciendo: producir comida para otros, matarse por deseos infinitos, siempre a la espera de la palabra salvadora de Suku-Nzambi, será realmente la vida? ".

Invitación a la acción. Y ’ Ojos negros ’ es acción. Entra, piensa el guardia cvil, de lleno en el género negro. Negro por partida doble y hasta triple: por la trama, el continente africano y el tipo de personaje: el militante revolucionario, clandestino, que se incorpora, derrotado, a la sociedad capitalista que quiso tumbar.


Ma Galio sabe la trayectoria vital de algunos de ellos: unos dan su alma al mejor postor, otros siguen, erre que erre, con la Revolución, como su padre cuando vivía, los hay que acaban alcoholizados, sin olvidarse de los que saltan, chaqueteros, de partido en partido, como pájaros de rama en rama (y que le perdonen los pájaros); son esos caraduras, como el que mudó al partido socialista, y decía a sus antiguos camaradas, su padre entre ellos, que lo vieron en su despacho de subsecretario:

-  Aquí me veís, gobernando... con el permiso de los de siempre .

Es un ejemplo. En el lar patrio hay suficientes. Por Valencia anda uno clásico que fue de partido en partido. Ahora está en el PP haciendo de las suyas. Blasco se llama.

El derrotado izquierdista que sale en Ojos negros es el que, sin haber renegado de sus ideales, se deja llevar por la vida, y se mete, en su cauce, de hoz y coz, a trabajar en lo que le sale al paso.

-  ¡Normal! -exclama Ma Galiode algo hay que vivir. ¿O no?

El actor principal de la novela es un argentino que acepta viajar a Africa con una misión: conseguir la firma de un tal Tony, hermano de la que lo contrata, para que ella pueda vender la casa paterna. El Congo Angolaserá el marco donde se desarrolla la mayor parte de la acción; narración de un tirón, frenética, sin descanso; los que hay, bien dosificados -lo decía al principio- para que la tensión no atragante la lectura, los aprovecha el autor en dar una visión del pasado del personaje; en ocasiones para mostrar aspectos de la realidad africana; ejemplos: el valor de las fuentes orales, el mundo de los antepasados, la significación de las máscaras, citar a autores que escriben sobre Africa (ConradMailerPepetelaGordimer), la escena cómica del mono y aquí y allá pequeñas pinceladas sobre los diamantes...

Diamantes, si, porque Miguel, el protagonista, en el ajetreo que lleva su encargo, va metiéndose, poco a poco, en red de traficantes de piedras preciosas. Segura salvación a sus aprietos económicos. ’Ojos negros’ de paso muestra la corrupción en torno a esta joya, la violencia y la explotación de los mineros en trabajos agotadores en las minas de la región de Lundas.

Relatada -cree el Comandante del Puesto- con lenguaje directo, claro, preciso. Con ciertos giros argentinos cuando el diálogo lo requiere, vocablos mexicanos cuando es necesario, incluso alguna que otra frase en lenguas de esa parte parte del continente africano.

Relato circular en el que, un policía mexicano, Vargas, nada ejemplar para el sentir de Ma Galio, escucha la grabación que Miguel hace de su aventura, de modo que las postrimerias del relato enlazan con el principio. Y contiene a su término un final sorpresivo, pero previsible, valga el contrasentido.

El guardia civil repite otra vez la cita de Pepetela: " Hasta hoy los hombres, quietos, atónitos, están a la espera de Suku-Nzambi, padre de los lundas. ¿Aprenderán algún día a vivir? ¿O eso que van haciendo: producir comida para otros, matarse por deseos infinitos, siempre a la espera de la palabra salvadora de Suku-Nzambi, será realmente la vida? ".

Y si, sin lugar a dudas, es una invitación a la lucha, al combate. Eso es lo que piensa. O cuando menos un deseo de que el pueblo se ponga a la brega, que los mineros se levanten. Ya en ’ Ojos negros ’, Calús, un minero, parece mostrar ese atisbo de esperanza. Pepetela es un gran escritor africano. El autor lo cita en esta novela. Pepetela es angoleño. Blanco, para mas señas. Luchó, con las armas en la mano, contra el colonialismo portugués. Eduardo Sguiglia y Pepetela se conocen. Seguro.

-  A lo mejor... tienen ciertas concomitancias político ideológicas... que no vienen al caso literario, claro... pero me ha venido a la mente .

Y tiene que decirlo.

Fotos: arriba, portada del libro; abajo, Eduardo Sguiglia.
Leer entrevista: http://www.culturamas.es/blog/2012/05/16/entrevista-a-eduardo-sguiglia-por-ojos-negros/
http://gracianapetrone.blogspot.com.es/2010/07/eduardo-sguiglia-la-cara-oculta-de-los.html
http://www.youtube.com/watch?v=ms6P69MiGng

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