lunes, 20 de junio de 2011

José Mª Amigo Zamorano: Seeber Bonorino (*), una mirada desde las entrañas

Los diez relatos negros de 'Un paquete para el mánager' (*) le sirven de pretexto a su autor, Arturo Seeber Bonorino, para lanzar una mirada  a su tierra argentina, tras veinte años de vivir en España, para recordar su niñez, su juventud, su vida de estudiante en colegios religiosos de los que fue expulsado, para acordarse de su afición por el boxeo y traer al teatro de su memoria personajes de ese deporte que conoció: Pascualito Pérez, "Mono" Gatica, Abel Laudonio, "Ringo" Bonavena, Accavallo... y su entrevista con el escritor Borges.

Relatos que -afirma el autor- 'tratan de parecer historias verosímiles'. De hecho, casi todos los recuerdos que hemos mencionado, aparecen en los relatos. Los boxeadores, escritos más arriba, se citan colocándolos, la mayor parte de las veces, como así sucedió en la realidad, en la miseria después de haber acariciado la fama y el dinero. Como una de las excepciones se cita a Accavallo que al retirarse del cuadrilátero invirtió bien su dinero. La mayoría, como Pascualito Pérez, borracho y andrajoso pidiendo limosna cerca de Luna Park teatro de sus triunfos o "Ringo" Bonavena al que le descerrajaron un tiro en Las Vegas.

Diez relatos de gente humilde, de los pobres de 'villa miseria', de sus sueños de gloria, de dinero, de lujos, de felicidad, lejos de la calle 'que es lugar para andar pero no para vivir', ilusión por 'una casa de uno, esposa y unos hijos bien vestidos, que van al cologio, estudian y despues son abogados o médicos', como se lee en uno de los relatos.

Mas ¿qué podemos decir de los relatos desde el punto de vista literario? 'Desde el punto de vista literario', ¿qué quiere decir?... ¿la relación de forma y contenido?... ¿eso se mide?... ¿cómo?... En fin, no sabemos que es eso o si alguien lo tiene en cuenta. De lo que estamos seguros es de esto: si un texto nos gusta o no nos gusta. Y si, a nosotros nos gusta. Pero los gustos son tan diversos y dispares que todo lo demás entra en el terreno de lo puramente objetivo. Y la pureza no se da en parte alguna. O si se halla, es tan limpia, aséptica, fría, neutral que a nadie se la levanta. De modo que uno lee un texto con todo lo que uno lleva dentro de impurezas: simpatía o desprecio por el autor, la editorial, el tema... y no se puede uno ver libre de todo ese bagaje; de modo que, como decía Bergamín, uno es sujeto y no objeto. 

Algunas veces, a pesar de odios o animadversiones, también llegamos a intuir que hay fuera, de esas toneladas de barniz que tenemos, una belleza ajena a nuestro ser más interior; pero se da pocas veces; por ejemplo: reconocemos que no nos atraen los betseller, pero en alguna ocasión hemos pensado que no todos son malos: leimos 20 páginas de 'Los pilares de la tierra' y llegamos a la conclusión de que el autor combinaba muy bien los elementos; no seguimos leyendo; otra vez leímos, por nuestra afición al mundo negro, una beselerada novela entera sobre Kenia y la revuelta del Mau Mau y era malísima y mas falsa que una mula.

Señalada esta contradicción, volvamos a Seeber Bonorino: de él nos atrevemos a decir que resuelve con honesta factura los relatos, sin falsear la realidad, pero si, tal vez, apaciguando su fría e inmisericorde brutalidad; así, después de un hecho horrible, un relato termina de esta manera: 'comenzaba a acampar y por un ventanuco vio aparecer la silueta del sol, como burlándose'. Y punto. Sin regodearse con la muerte. Con lo macabro. Un acierto. Y otra virtud, quizás la mas meritoria: el reflejo de la vida, de la realidad de Argentina o de Buenos Aires, desde esos seres pobres, marginados, que viven para sus anhelos, para sus sueños, que miran y parece que sus ojos están vueltos a sus entrañas, sin que lo que está fuera atraiga su atención: ni política, ni ideología, tampoco el paisaje urbano, pues nadan en él como el pez en el agua, y menos la vegetación o los fenómenos atmosféricos. La cita última sobre el sol, o la lluvia, los charcos y algunos árboles en otro, son la excepción.

Con todo, en estos diez relatos, sobre esta reducida población bonaerense, casi un microcosmos, se dan todos los elementos de la relación humana: los amores, los celos, el encornamiento, la amistad, la bondad, la ira, la venganza, la mansedumbre, el sexo, las drogas, el machismo, el maltrato hacia las mujeres...  la corrupción de la policía, las torturas en cuarteles y calabozos como efectos de una dictadura... Que, suponemos, todos ellos completan los recuerdos de Seeber Bonorino, junto a los que mencionábamos al comienzo. Y que, nos imaginamos también, sus relatos le han servido de pretexto, además, para repasar parte de su vida.

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(*) Obra: Un paquete para el mánager. Relatos negros de boxeo
Autor: Arturo Seeber Bonorino
Editorial: Ediciones El Garaje S. L.
Primera Edición: Mayo 2011
Colección: Garaje Negro


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