martes, 12 de junio de 2007

Forugh Farrojzad: En las verdes aguas del verano

EN LAS VERDES AGUAS DEL VERANO
de Forugh Farrojzad


Más sola que una hoja
con la carga de mis lejanas alegrías
tranquila, lenta, silenciosamente fluyo
en las verdes aguas del verano
hasta la tierra de la muerte
hasta la orilla de las tristezas otoñales
Me abandoné a una sombra
a la volátil sombra del amor
a la fugaz sombra de la felicidad
a la sombra de lo efímero
Esas noches en que una brisa perdida da vueltas
por el bajo cielo del corazón doliente
esas noches en la que asciende una niebla sangrienta
por las azules callejuelas de mis venas
esas noches en que estamos solos
con los temblores del alma, solos- en el latido del pulso hierve
la sensación de la existencia de una existencia enferma
“En la espera de los valles hay un secreto”
Esto sobre las aterradoras rocas
de las cumbres montañosas lo grabaron
aquellos que en su línea de caída
vertieron una noche en el silencio de los montes
una súplica amarga
“En el desasosiego de las manos llenas
no está la tranquilidad de las manos vacías
bello es el silencio de las ruinas”
Esto cantaba una mujer en las aguas
en las aguas verdes del verano
como si viviera en las ruinas
Nosotros uno a uno con el aliento
nos contaminamos
Contaminados por la pureza de la felicidad
Tenemos el ulular del viento
palidecemos porque las sombras de la duda
penetran por los jardines de nuestros besos
y en todas las fiestas del palacio de la luz
temblamos de miedo al derrumbamiento
Ahora tú estás aquí
abarcando como el aroma de las acacias
las callejuelas de la mañana
pesando en mi pecho
ardiente en mis manos
enajenado ardiendo desmayado en mi pelo
Ahora tú estás aquí
Algo extenso oscuro abundante
algo inquieto como la voz lejana del día
por mis pupilas tristes
gira y se extiende
Tal vez me recogen en un manantial
Tal vez me cortan en una rama
Tal vez me cierran como una puerta
dejando fuera los instantes futuros
Tal vez…
No veo más
Brotamos en una tierra llena de maleza
Llovimos en una tierra llena de maleza
Vimos la “nada” en los caminos
montada en su gualdo caballo alado
avanzar como una reina
¡Ay! somos felices y sosegados
¡Ay! somos melancólicos y apagados
felices porque amamos
melancólicos porque el amor es una maldición.
Forugh Farrojdad ( Teherán , 1935-1967)

1 comentario:

Anónimo dijo...

creo haber visto un pedazo de tus palabras en el baño del antic teatre en bcn...